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TESTIMONIANDO con L.M, trabajadora de RRHH en Murcia: «Ahora soy muy feliz».

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“La empresa en la que estaba antes me hizo pasar muy malos momentos durante mi baja, es una pena que algunas empresas se comporten así. Yo tengo la conciencia tranquila y ahora soy muy feliz”

Este es parte del testimonio de L.M., una mujer que ha tenido que rehacer su vida tras una discapacidad sobrevenida. En la Región un alto porcentaje de los habitantes tienen una discapacidad, dificultades para encontrar empleo y muchas posibilidades de sufrir discriminación en su día a día. La experiencia de L.M., una joven que prefiere que preservemos su identidad, nos ha permitido conocer una historia que sirve de esperanza para aquellas personas que pasan por una situación similar.

La enfermedad de L.M. fue diagnosticada cuando tenía 11 años y desde entonces ha llevado una vida de médicos, padeciendo dolores, sufrimiento e incertidumbre. Esta joven convive con una enfermedad degenerativa que desgasta sus articulaciones, lo que le ha obligado a pasar por múltiples intervenciones y tomar medicación continua. Como ella misma nos dice, todo ello ha dividido su vida en épocas malas y menos malas.

Actualmente está felizmente trabajando en una conocida empresa de plásticos en Murcia, en el departamento de Recursos Humanos, y hemos querido conocer su trayectoria.

ReCAPAZitando: Buenos días L., ya hemos visto que te encuentras muy bien en
esta empresa, ¿cuánto tiempo llevas trabajando con ellos?

L.: Voy a hacer cinco años y medio.

R.: ¿Y nos puedes contar cómo llegaste allí?

L.: Yo estaba en la bolsa de empleo de FAMDIF y me llamaron para realizar una entrevista, en ese momento me encontraba terminando un certificado de profesionalidad por las mañanas. Realicé la entrevista y me dijeron que ellos necesitaban cubrir ese puesto por la mañana, yo les dije que no iba a interrumpir el curso y que por las tardes estaba disponible. Como el perfil que yo tenía coincidía con lo que buscaban, adaptaron sus necesidades y me contrataron por las tardes. Comencé con un contrato en prácticas gestionado por FAMDIF y a continuación realicé las prácticas del curso que estaba terminando. Después me hicieron varios contratos, hasta que finalmente me hicieron fija en la empresa.

R.: Además del certificado de profesionalidad, ¿tienes alguna formación?

L.: Hice un ciclo formativo de grado medio en mi adolescencia y me dediqué a ello durante unos años. Pero después de una operación de larga recuperación que me impidió continuar con lo que hacía, tuve que reciclarme y me saqué varios cursos del SEF y dos certificados de profesionalidad que no tenían nada que ver con lo que estudié al principio, lo que fue un gran esfuerzo que ahora está totalmente recompensado.

R.: ¿Qué puesto tienes ahora en la empresa? ¿Cómo ha sido tu evolución?

L.: Empecé realizando tareas de auxiliar y ahora soy técnico y tengo mis propias responsabilidades. Todo esto ha sido con gran esfuerzo y apostando por la formación continúa en la empresa, siempre hay que estar al día de los nuevos cambios y realizar todos los años al menos un curso.

R.: Siendo una enfermedad degenerativa habrá cambiado mucho tu vida, ¿cómo te afecta eso en el trabajo?

L.: Mi discapacidad no me impide realizar el trabajo en el que estoy. Tengo una discapacidad degenerativa con movilidad reducida, es decir, que con el tiempo no va a ir a mejor, así que en la medida de lo que puedo, aprovecho la salud de hoy porque no sé la que voy a tener mañana. Tal vez por eso, las personas con discapacidad aportamos tantas ganas y energía en el trabajo a los demás, porque valoramos lo que tenemos y lo que hacemos.

R.: Entonces, ¿dispones de un puesto adaptado a tus necesidades?

L.: Sí, desde la última operación y con el paso del tiempo, mi cuerpo y mi salud no me permite estar a jornada completa, por lo que trabajo a tiempo parcial. También tengo el mobiliario adaptado para el día a día y nunca he tenido problema en eso.

R.: Ahora estás contenta con tu trabajo, pero ¿siempre fue así? ¿Recibiste ayuda por parte de tu anterior empresa o de alguna institución?

L.: Sí, recibí ayuda por parte de FAMDIF. Me informaron de todas las dudas que tenía, de cómo afrontar el cambio, qué debía hacer ahora y qué otros caminos podía escoger. Por parte de la empresa en la que estaba antes nada, incluso me hizo pasar muy malos momentos durante mi baja, es una pena que algunas empresas se comporten así… yo tengo la conciencia tranquila y ahora soy muy feliz.

R.: ¿Has sentido algún tipo de discriminación?

L.: Por supuesto, a lo largo de mi vida he sentido mucha, ahora parece que la gente está más concienciada y las asociaciones trabajan mucho la inserción social y laboral, implicando a las empresas e instituciones públicas, algo que veo muy necesario. Aunque aún sigo escuchando barbaridades como: “Que suerte que aparcan al lado de los sitios, que suerte que pueden estudiar una carrera gratis, claro la contrataron porque es discapacitada, aprobó la oposición porque tiene discapacidad…”. A todos los que alguna vez han dicho eso o lo han oído, decirles que eso no es suerte, si el estado no pusiera ese mínimo exigido a las instituciones y empresas, las personas con discapacidad no tendríamos esa oportunidad que los demás sí tienen y así poder valorarnos en las mismas condiciones. Si nos facilitan poder estudiar una carrera es porque saben que nuestra vida no ha sido fácil y con ello darnos un empujón a hacerlo.

Aunque tenga una discapacidad también quiero tener dentro de lo que cabe una vida algo más fácil porque ya la tenemos bastante complicada.

Las personas con discapacidad también queremos tener un desarrollo personal y laboral, sólo tenemos una discapacidad que afrontar y que convivir con ella, además ella no entiende de edades, en cualquier momento te puede tocar a ti.

R.: ¿Recomendarías el Servicio de Integración Laboral a aquellas personas que tengan que convivir con una discapacidad?

L.: Por supuesto, saben todas las respuestas, y si no, las buscan para informarte de todo. Te aconsejan laboralmente y te buscan la oferta de empleo más adecuada a ti, porque no eres una persona más, eres tú. También hacen de enlace con las empresas, haciéndoles ver que eres un candidato más para el puesto que demandan. Luego las empresas se quedan encantadas con la experiencia, simplemente tienen que quitarse el “miedo” y vernos como verían a cualquier otra persona. El SIL, se ocupa de todo, para que tú no te preocupes por nada.

R.: ¿Qué les dirías a las empresas de cara a la contratación de personal con discapacidad?

L.: Me gustaría invitar a las empresas a que tengan más en cuenta la incorporación de personas con discapacidad en su plantilla, no sólo para cumplir con el mínimo exigido, sino que lo tengan siempre en mente a la hora de buscar a una nueva persona a contratar, sólo tienen que ponerse en contacto con el SIL (Servicio de Integración Laboral) para cada oferta que tengan y te informarán si tienen a alguien que encaje y una vez realizadas las entrevistas pertinentes, la decisión es de suya, pero el poder dar la oportunidad de estar en las selecciones, es un paso mutuo y muy gratificante. El talento no entiende de edad, género, discapacidad o de origen, todos deberíamos ser mirados por igual y es algo con lo que se trabaja día a día. La diversidad mejora el clima laboral de las organizaciones, despierta en la plantilla el orgullo de pertenencia, al sentirse afortunados de trabajar en una compañía que fija la atención en el talento de las personas y no en aspectos externos y/o superficiales. Hay que romper con los estereotipos y, sobre todo, dar una oportunidad a las personas en el ámbito laboral, ya que se esfuerzan y es igual de válida que otra.

Jessica Abellán

Técnica de Comunicación en FAMDIF/COCEMFE-MURCIA

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